Pequeñas y tontonas curiosidades

  • Aunque sea repetitivo, volveré a decir lo de la dotta, la grassa e la rossa, porque es la curiosidad más famosa de la ciudad. La dotta es en castellano la docta, porque es una ciudad universitaria desde tiempos inmemoriales, la grassa es en castellano la gorda, por su espectacular gastronomía, y la rossa es en castellano la roja, porque el color de sus edificios y de sus tejados le confieren a la ciudad un color rojizo. Hay quien dice que esto de la roja es en doble sentido, porque la ciudad, históricamente, casi siempre ha votado a izquierdas.

  • En Piazza Neptuno está la estatua de Neptuno. Este tiene la pichilla pequeña, porque la iglesia no dejaba hacerla más grande, pero si la ves desde una baldosa oscura que hay delante de la biblioteca Salaborsa, uno de los dedos simula el pene y parece que esté erecto.
  • En Piazza Maggiore, justo en medio, está el palazzo Re Enzo. Si pasas a través de él, te encontrarás una estancia, con cuatro columnas en cada esquina, desde cada una de las cuales, si hablas, aunque sea flojito, a través de una, el que está situado en la otra te oye perfectamente porque le llega el sonido a través de las columnas y su peculiar forma. Ya verás gente por ahí poniéndolo en práctica. Te pones a la cola.
  • Bolonia es la ciudad con más soportales del mundo, con 40 km de calles cubiertas solo en el centro, y 10 km más si contamos la periferia. Estos fueron construidos en la edad media para que los edificios no ocupasen la calzada.

· Las torres de Bolonia. Aparte de las dos céntricas y famosas, hay 22 más en la ciudad, y en otra época llegó a haber hasta cien. Algunas de ellas están inclinadas, así que la de Pisa sería la más famosa inclinada, pero no la única.

· En la Strada Maggiore, 19, está la casa isolani. Es curiosa porque es un edificio civil del siglo XIII y de esos ya quedan muy pocos. Pero la curiosidad son las tres flechas clavadas en su entrada, en el soportal de madera. Cuenta la leyenda que esto es porque una mujer fue infiel a su marido y este quiso castigarla y para ello contrató a tres bandidos. Estos llegaron con sus flechas listos para darle su "merecido", y ella salió desnuda al balcón, con lo cual los puso nerviosos, los distrajo, y las flechas acabaron clavadas donde no debían. También hay otra leyenda que dice que en realidad a quien querían matar era al marido, y la mujer, que no había sido infiel ni nada, salió desnuda para distraerles y lo consiguió. Y otra que dice que están ahí puestas expresamente y representan los tres poderes de la ciudad; la iglesia, el partido y el senado masónico.

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