Lo imprescindible

Rambla Nova:

Es el corazón de la ciudad, la avenida principal del centro moderno. Una rambla llena de vida, de comercios, de restauración, que desemboca en un gran balcón con vistas al mar, se trata del balcó del mediterrani, desde donde puedes ver la platja del miracle, el puerto y el anfiteatro. También contiene diversos monumentos, como el más famoso, el de los Castellers.

Anfiteatro:

De finales del siglo II d.c. época de los romanos, claro. Pues eso, el anfiteatro de los romanos en la imperial Tarraco, donde luchaban gladiadores, leones, etc. Ante la mirada de 14.000 perturbados de la época y del cual aún se conserva una grada. En su interior también hay restos de una iglesia del siglo XII que se puede vistar. La entrada al recinto cuesta 3,30. Los horarios son de martes a sábado de 9 a 21h de abril a septiembre y el resto del año de 9 a 17h. Los domingos y festivos de 9 a 15h.

Rambla Vella:

Paralela a la anterior, varias calles por encima, no tiene ningún encanto en sí misma, una calle transitada de lo más normalita. Pero la nombro porque es un punto de referencia como entrada al casco antiguo. Por cualquiera de los callejones que parte de ella en su acera norte, entras él. Al principio de la calle está el circo romano.

Circo Romano:

El antiguo circo romano, del siglo I a.c. que tenía una capacidad para 25.000 espectadores, donde tenían lugar las famosas carreras de carros de la época, entre otros espectáculos. Está muy bien conservado, y desde su interior se puede acceder a la torre de pretorio, antigua fortaleza primero y palacio de reyes después, desde donde tienes unas magníficas vistas de la ciudad. Una peculiaridad de este circo, con respecto a otros, es que conserva muy bien las bóvedas utilizadas para su construcción, bajo tierra, y puedes visitarlas. Hay además varios comercios y restaurantes situados junto al circo, donde también se pueden ver trozos de gradas y de bóvedas.

La entrada para ver las bóvedas cuesta 3:30. El circo en sí lo puedes ver desde la calle.

El horario de abril a septiembre es de 9 a 21h y el resto de meses de 9 a 19:30h. Los domingos, festivos y lunes de verano, de 9 a 15h.

Carrer major:

Ya en el casco antiguo, una de sus calles principales, llena de tiendas y de vida. Desemboca en la catedral, que la vas viendo a medida que avanzas y es una foto ideal.      

Catedral de Santa Tecla:

Se encuentra en la plaza de la Seu, al final de la calle Major. Es de 1171, de estilo románico primero y gótico después. También vale la pena ver su interior, con sus capillas, altares, claustros y todas esas cosas que tienen las catedrales y a mi me importan poco.

Entrar cuesta cinco euracos. Los horarios son de lunes a sábado de junio a septiembre, de 10 a 20h, enero y febrero de 10 a 17h y resto de meses de 10 a 19h. Domingos y festivos cerrado excepto en verano que abren de 15 a 20h.

Plaça del Forum:

También en el casco antiguo, claro, es el antiguo foro de la ciudad, una plaza no demasiado grande, llena de terrazas y ambiente, y que aún conserva, en medio de la plaza, uno de los pórticos que la formaban en la antigüedad.

Plaça del Pallol:

También por el centro histórico, un poco más escondidita (por lo menos a mí me costó más de encontrar). Está chula, es curiosita, pero como casi todo el casco antiguo, no tiene ambiente, y su mayor atractivo es que en ella hay más restos romanos, como el antiguo Beaterio de Sant Domenech, y hay un edificio donde hay una maqueta de la antigua Tarraco. También hay restos de muralla.

Plaça de la Font:

Justo por encima de Rambla Vella, casi nada más entrar en el casco antiguo, te encuentras la plaza más grande y animada de la part vella. Plaça de la Font es una enorme plaza llena de terrazas y restaurantes y muy animada a cualquier hora del día (bueno, a las cuatro de la mañana de un lunes de enero, igual no…). El edificio que hay al fondo, es el ayuntamiento (por si quieres reclamar una multa). Por cierto, y para hacernos una idea de lo grande que era el circo (no era solo el trocito que ahora ves desde afuera), antiguamente en el lugar que ocupa ahora la plaza, estaba la parte del circo que falta. Por eso es fácil ver restos del mismo en muchos locales de la zona.

El Serrallo:

Nos vamos del casco histórico y de toda la parte que hemos visitado hasta ahora, para llegar al Serrallo. Aquí sí que hay que caminar un poquito, unos diez o quince minutos hacia el sur. Es la parte portuaria, el antiguo barrio de pescadores, con la lonja, ambientillo de terrazas y mariscadas, barcos de pescadores junto a yates, alguna iglesia por el barrio de callejones, etc. Típico barrio portuario.

Paseo arqueológico:

Un recorrido por un paseo habilitado para tal fin, por lo que queda de las antiguas murallas de la ciudad. Se accede saliendo del casco antiguo por el portal del Roser, que es el que hay en la plaça del Paller. Cuesta tres euros.

Acueducto de les Ferreres:

También llamado Pont del Diable. Está situado fuera de la ciudad y se ve desde la autopista (aunque si esa es tu idea, mejor párate en un mirador que hay, no sea que sea lo último que veas). Son los restos de un antiguo acueducto romano del siglo I a.c. y está muy bien conservado. Se puede recorrer y también pasar por debajo, desde la naturaleza.

Plaça Imperial Tarraco:

La pongo la última porque realmente no es imprescindible, no te la pondrán en ningún sitio como uno de los atractivos de la ciudad. Pero yo, que tengo mis manías y mis enfermedades, pienso que es una plaza muy representativa del ensanche tarragonés, donde se acaba el turismo y empieza la ciudad. Grandota ella y transitada, es una rotonda con un parque en medio y tiene más encanto urbano que belleza arquitectónica. De hecho, no tiene belleza, sé que nadie estará de acuerdo conmigo y todo el mundo dirá, ¿Dónde me ha llevado este tío?, si es un cruce de calles como hay mil en cada ciudad. Pero me da igual, yo me entiendo. Por cierto, de ella parte la Rambla Nova, o sea al otro extremo de donde está el balcó del mediterrani.

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